1949/04/11
CAPÍTULO I
Fundamentos
A) La educación es un hecho social por el cual un grupo humano transmite a las generaciones que lo suceden, su cultura e ideales. Esta transmisión está condicionada por el medio natural y por el desarrollo económico y cultural de los pueblos, y se realiza de acuerdo a fines de superación.
Esta definición, por la que se fundamenta un criterio dentro del problema general de la educación, afirma cuatro conceptos esenciales:
La educación es un hecho social. En todo grupo social, cualquiera sea su grado de desarrollo o su momento histórico, o su asiento geográfico, la educación aparece como un hecho que, con intención o sin ella, con órganos especializados o sin ellos, se cumple siempre, del mismo modo que se cumple el hecho de la organización política o del lenguaje.
B) Transmisión de la cultura y de los ideales del grupo humano a las generaciones que lo siguen.
Los niños vienen al mundo en estado natural. Entre ese estado natural y el nivel cultural ya alcanzado por el grupo al cual el recién nacido pertenece, hay un desnivel que es mayor cuanto más evolucionada es la sociedad a la que el pequeño deberá ingresar. Ese desnivel se salva con el desarrollo biológico, dentro del hecho de las relaciones naturales; con la formación cultural dentro del mundo de las relaciones humanas. El hecho biológico se realiza por necesidad natural. El proceso de formación cultural se realiza por la educación.
Cada generación en un grupo social quiere formar sus hijos a su imagen y semejanza; por eso todo proceso educacional tiene un alto grado de tradición. Es un modo de conservar el grupo.
Esa formación de los nuevos se hace mediante la transmisión de la cultura y los ideales que caracterizan el mundo cultural del grupo social. Sea intencionado o no, el proceso educacional se cumple. El grupo impone a los nuevos su estilo de vida (educación de afuera hacia adentro). El ser que ingresa al grupo social cumple, además del proceso de su desenvolvimiento físico, el de su integración espiritual, que es incorporación al grupo, a la vez que desarrollo de las potencias autónomas de las cuales surgirá su personalidad (educación de adentro a afuera).
C) La incorporación a la cultura está condicionada por el medio natural y el desarrollo económico y cultural de los pueblos.
La transmisión cultural no se hace autonómicamente, sino que está sujeta al grado de evolución logrado por el grupo social. Este hecho es consecuencia de que la cultura no es autónoma. En determinado momento histórico y en determinado lugar geográfico ella se expresa en modos particulares, de acuerdo a hechos que actúan como determinantes.
Desde el punto de vista del problema de los programas escolares este hecho es fundamental, porque siendo el programa una instructiva para encaminar al niño por acción de una educación intencionada a su incorporación al mundo cultural, esa instructiva deberá tener el mismo sentido de condicionalidad que el hecho general de la transmisión cultural.
Como aclaración de términos: CULTURA se toma en el sentido de LO QUE HA HECHO EL HOMBRE: en contraposición a NATURALEZA que es LO QUE LE HA SIDO DADO AL HOMBRE.
IDEAL se diferencia de cultura en que mientras la cultura es objetiva, es un hecho, el ideal implica una proyección emocional y militante hacia la conquista de un fin.
D) La idea de superación como fin, se explica por el contenido que
se asigna a la expresión ideales.
CAPITULO II
Los postulados que se establecen a continuación, son consecuencia de la definición inicial:
a) La educación, que está condicionada por el medio natural y el grado de desarrollo económico y cultural del grupo social, varía en sus características según varíen esas condiciones.
La ciudad y el campo crean condiciones de vida diferentes. En la ciudad, por ejemplo, la producción se basa en la industria y el comercio; es decir en la transformación y elaboración de las materias primas. En el campo, la producción de materias primas es lo esencial. No hay industria manufacturera y el comercio sólo se limita a la venta de esas materias primas y a la compra de artículos de consumo. Los elementos fundamentales de producción en la urbe son: el capital, el trabajo y la máquina. En el campo son: el capital, el trabajo y el hecho biológico (cría o cultivo).
Las condiciones de trabajo también difieren: el hombre está más proletarizado en la ciudad; tiene mayor conciencia de clase, en el sentido social de la expresión. Las relaciones entre patrón y obrero son más definidas.
Como consecuencia, también son distintos los modos de vida: el hombre de ciudad vive en un medio antinatural, en el que las condiciones vitales están marcadamente determinadas por elementos creados por el hombre, mucho más que aquellos que da la naturaleza. En el campo, por el contrario, los hechos de orden biológico y natural son esenciales en la caracterización del modo de vida.
Otros elementos hacen aún más acentuada la diferencia entre campo y ciudad. Ésta cuenta con los medios indispensables para que la ciencia, las artes, etc., se proyecten más directamente sobre los integrantes de la población. Esta realidad influye en hechos tan importantes para el hecho educativo como son la existencia de divergencias fundamentales en la psicología del campesino y del hombre de la ciudad y en la diferencia de los medios de comunicación oral y escrita usuales en ambos. Asimismo contribuye a crearles una concepción de la vida distinta.
b) Cuanto más atrasado es un país en su desarrollo, más diferentes son el medio rural del urbano. A mayor grado de evolución es menor esa diferencia.
El campo tiende a nivelar su estilo de vida con la ciudad. Si observamos comparativamente dos sociedades, una atrasada y otra de alto grado de evolución, podemos comprobar que en la primera la distancia cultural entre campo y ciudad es mucho mayor que en la segunda. En la evolución de un pueblo en distintas épocas, se puede hacer la misma comprobación.
Si se compara, por ejemplo, Estados Unidos con nuestro país, es muy fácil percibir que allá el grado de evolución logrado ha acercado mucho el modo de vida campesino al modo de vida de la ciudad. Conservando sus diferencias irreductibles que nacen de modos de producción distintos, es evidente que el campo proporciona allí al hombre un mundo cultural cuyo nivel se acerca mucho al de la vida ciudadana.
El error más frecuente ante esta realidad está en creer que esa diferencia que se manifiesta según el grado de evolución, se puede reducir por decreto, sin que medie el cumplimiento de un proceso evolutivo. Por eso es que toda acción que tienda a eliminar el dualismo campo-ciudad, sin reconocer este hecho, está condenado al fracaso.
c) Cuanto más atrasado es un país en su desarrollo mayor es la diferencia entre la educación rural y la urbana. Esa diferencia tiende a nivelarse a medida que el país evoluciona económica, social y culturalmente.
La educación es una consecuencia del hecho social. Con éste, varía en los procesos de evolución de acuerdo con una correspondencia permanente. De ahí que su carácter diferencial dependa en primer término del grado de evolución del grupo social en que se realice. En una sociedad primitiva el proceso de incorporación al grupo puede realizarse por un acto espontáneo y necesario, sin que medie para su cumplimiento ningún organismo o actividad especializados. En una sociedad evolucionada, en cambio, se necesitará de la escuela, del maestro y de la didáctica para que ese proceso pueda ser eficaz.
En un país de medios muy diferenciados, ese fenómeno se cumple igualmente: el grado de diferencia que exista entre la vida rural y la urbana, será el que marcará el grado de divergencia existente en las instituciones de educación.
El hecho educacional es dinámico, como es dinámico el hecho de la cultura. Las diferencias de hoy pueden no ser tales mañana; pero mientras existan, hay que reconocerlas como un hecho.
d) La educación es un hecho social condicionado por otros hechos que la determinan. La escuela es capaz de influir en los procesos de evolución. Sin embargo la creencia de que las reformas educacionales pueden transformar una sociedad es antinatural y antihistórica.
Es común caer en optimismos exagerados cuando de educación se trata. Este postulado tiende a poner las cosas en su lugar. La escuela puede acelerar o encauzar un proceso de evolución; pero no puede crearlo, sin que previamente se le den las condiciones para ello. Cuando la escuela es órgano del Estado, es éste quien crea esas condiciones. No se puede concebir una escuela oficial o una política educacional contradictoria o independiente de las líneas generales de la orientación estatal.
Por ello, para que una reforma educacional tenga éxito, hay que estructurarla dentro de las normas que rigen la vida política, social y económica del pueblo a que va destinada.
Estos fundamentos de orden general así enunciados, pretenden ser la base teórica – el por qué que diría Unamuno- del programa para escuelas rurales que más adelante se desarrolla.