La Colonia Escolar de Vacaciones en el balneario Iporá cuenta con un hermoso local.
Es amplio y funcional. Tiene cómodas instalaciones para que los alumnos rurales que pasan su período de vacaciones allí, encuentren un ambiente agradable y acogedor.
Los dormitorios son luminosos y ventilados, para niñas y para varones, en bloques diferenciados. Los gabinetes higiénicos tienen instalaciones completas a las que se les están agregando los últimos detalles.
El comedor permite albergar cómodamente a los alumnos que vacacionan y la hora del almuerzo es una oportunidad más de encuentros y camaradería.
En los pasillos, coloridos murales muestran al visitante las diversas actividades que se llevan adelante en la Colonia, así como dan una idea de los objetivos que se persiguen con el trabajo del Centro.
Los escolares cuentan, a través de sus dibujos, lo que más les ha llamado la atención de las recorridas por la zona que ofrece lugares bellísimos y novedosos para niños que proceden de todos los rincones del vasto departamento.
Otra de las actividades que tiene un enorme valor educativo es la visita a los diversos museos que se encuentran en la capital del departamento.
Llevar adelante el funcionamiento de la Colonia ha sido todo un reto para el equipo de docentes que allí trabaja.
En uno de los murales que encontramos en la galería leemos:
“Hemos tenido que afrontar nuevos desafíos como planificar en base a características excepcionales de la Colonia porque debemos ineludiblemente contextualizar y tomar decisiones a nivel de planificación institucional”.
Agregan además “que en el desarrollo del currículum, en la práctica cotidiana de la Colonia, las diferentes áreas del conocimiento y experiencias deberán entrelazarse, complementarse y reforzarse mutuamente para contribuir de un modo más eficaz y significativo a esa labor de construcción y reconstrucción de los conocimientos, de los conceptos, destrezas, actitudes, valores y hábitos que una sociedad considera necesarios para una vida más digna, activa, autónoma, solidaria y democrática”.
Identifican a la Colonia como una “ institución educativa transformadora de la cultura y de las estructuras”.
Señalan que con el trabajo docente que allí se encara se proponen “resignificar aprendizajes”; que el niño “aprenda a aprender”, “aprenda a ser” y “aprenda a hacer”.
Se le encamina para que logre ser “sujeto de su historia” y “sujeto de la historia”.
Encontramos en la Colonia Escolar de Vacaciones de Iporá un emprendimiento original, sumamente fecundo y fermental que, fiel al espíritu de la Escuela Pública – Escuela del pueblo-, ofrece a los escolares que la visitan una experiencia vital y enriquecedora que sería bueno multiplicar en otras zonas del medio campesino.