Prácticas efectuadas en la Escuela Nº 86 de
Montevideo, que dirige la Srta. Elvira Nardecchia.
Una práctica que tiende a objetivar y amenizar los procesos mentales en aritmética y que afianza el conocimiento de las monedas
MATERIAL INDISPENSABLE: Cajas individuales que contengan, reproducidas por sellos en cartulina o cartón recortados monedas de a uno, dos, cinco y diez centésimos.
COMO PODRÍA EMPLEÁRSELE este material en una lección de problemas mentales en primer año.
Se invita a los niños a jugar: ellos se convertirán en compradores, la maestra en vendedora. ¿Y el comercio? Muy sencillo: podría ser una librería, un almacén, una tienda, etc. Para dar apoyo a la imaginación infantil, se puede dibujar en el pizarrón con trazo rápido y vistoso, un letrero con el nombre del comercio.
Acto seguido, se escribe en un espacio del encerado evocando las pizarras anunciadoras, la lista de artículos en venta, con sus precios; no interesa la cantidad; bastan tres o cuatro renglones para dar tema a múltiples situaciones:
SE VENDE:
Lápices a 3 centésimos cada uno. Cuadernos a 2 centésimos cada uno. Gomas a 4 centésimos cada una. Hojas a razón de 10 por un centésimo. Libros “Alegría” a 20 centésimos cada uno.
IMPORTANTE:
Se da la yapa (Este renglón crea un estímulo que se acuerda al perfecto comprador).
Los niños, mientras se prepara la lista precedente, deben realizar en silencio, la lectura del pizarrón. Ahora bien: podría ocurrir que esto no pudiera lograrse en los comienzos dado que la clase posee una limitada fonética. Entonces, puede evitarse la lista del pizarrón agrupando los artículos en el pupitre y colocándoles en lugar visible para la clase, cartoncitos con el número que indica el precio: 3, 2, 4, 10 a 1 y 20.
Una vez dispuesto el mostrador, es muy conveniente que la maestra levantando cada artículo y dando énfasis a su expresión, diga el precio de cada unidad o grupo de objetos, a fin de que los niños graben estos elementos de trabajo y aprendan a interpretar expresiones como la penúltima: 10 hojas por un centésimo o como éstas: cuadernos a razón de 3 por 5 centésimos, lápices a razón de 36 centésimos la docena, etc.
Se reparte el material, se hace efectuar su reconocimiento apilando las monedas por sus valores.
PRIMER EJERCICIO: ¿Cuánto dinero tiene cada niño? (Suma)
SEGUNDO EJERCICIO: Compraventa de artículos, expresando condiciones a fin de graduar dificultades: “Tomen una moneda de 10 centésimos y vengan a comprar dos artículos, ustedes mismos, si hay vuelta, la sacarán de mi caja. Se llevará la yapa el perfecto comprador que será aquél que tenga desenvoltura en su modales, que imite mejor al cliente verdadero, que pida rebaja QUE SEPA SACAR LA VUELTA” (Suma y resta)
(Es preciso no habituar a la clase a que la maestra repita el precio de los artículos con el objeto de acostumbrar a los niños a buscar el dato que precisan; esto puede ser parte del comienzo vitalizador en la interpretación de los futuros enunciados de problemas)
TERCER EJERCICIO: “Vengan a comprar, con una moneda de 10 centésimos 3 cuadernos, o 2 gomas, o 3 decenas de hojas, etc.” (Una multiplicación y una resta).
CUARTO EJERCICIO: “Vengan a comprar 5 cuadernos, 7 gomas, un libro “Alegría”, etc.” (Varias multiplicaciones, sumas y algunas restas en las situaciones de vuelta)
Los ejercicios de suma y resta pueden complicarse a medida que la clase se afianza.
Y así, puede variarse en forma extraordinaria, el problema mental, con la ventaja considerable de la objetivación que aclara el proceso mental y lleva al reconocimiento y uso de las monedas.
Este material puede prestarse para clases de problemas mentales, además, en 2º año, en donde pueden crearse situaciones de rebaja, deuda, ganancia, pérdida, etc… con el empleo de balanza, metro, medidas de capacidad, etc.