El Alto del Perdido es un lugar muy aislado de nuestro país.
A pesar de las distancias y las lejanías hay, como sucede en todo nuestro país, una Escuela Rural. Por más alejados y solitarios que puedan resultar los lugares siempre hay algún niño que necesita una escuela.
Como en cada escuela, a través de los años, hay maestros y personal auxiliar que hacen día a día junto a los niños el milagro de la multiplicación del conocimiento.
Niños que llegan de muy lejos y docentes que tanto impartiendo el programa escolar como con iniciativas creativas realizan su labor.
La escuela de Altos del Perdido tiene una particularidad: la maestra Mariángeles Bugani tuvo la idea, y la concretó, de realizar un Museo Escolar.
¿Qué es un Museo Escolar? Se trata de la recuperación de la historia del lugar y hacer que esta tenga un valor educativo para los alumnos de la escuela y sea un centro de referencia cultural para la región.
En el Museo se encuentran las huellas de la presencia de aborígenes en las cercanías, piezas que dan cuenta del desarrollo de las actividades económicas de la zona, muestras de las características de los materiales geológicos del lugar, el registro de todos los insumos educativos que han sido utilizados en la vida de la propia escuela.
Todo el material que se expone es utilizado para desarrollar el razonamiento y el espíritu investigador de los niños.
Una pequeña piedra, dentada y amoldada para ser tomada por los dedos pulgar e índice de una mano, es el descubrimiento para el niño de cómo nuestros primeros pobladores trabajaban para obtener la carne de los animales que cazaban. Los alumnos y los visitantes pueden tener en su propia mano la historia y su explicación. Éste es un simple ejemplo de una sola pieza, de las más de mil que hay en el museo.
El compromiso con este emprendimiento ha trascendido a su propia impulsora. La Universidad de la República, instituciones del exterior, los vecinos de la zona y un sin número de personas hacen que este Museo sea un agente de difusión cultural que permanece vivo y en expansión.
Y es, por sobre todas las cosas, un vivo ejemplo de cómo la cultura y la docencia deben ir de la mano cada vez que se encuentran un niño y un Maestro.
Maestra Mariángeles Bugani